Este 23 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Perro Adoptado, establecido para que las personas tomemos consciencia de la importancia de cuidar la fauna urbana y adoptar. Hasta el 2022, las cifras entorno a los animales callejeros eran alarmantes, solo en Quito se calculaba que deambulaban más de 1 millón de animales sin hogar. Son números que siguen creciendo, por eso la indiferencia ya no es una opción.
La historia de nuestro Dolarito de CACPECO
Dolarito ¡Ese si es un ‘perrazo’! El verídico de raza o mejor aún, de muchas razas. Ojitos de husky, talla de pastor alemán, pelitos de puddle, orejitas de labrador. Mejor dicho, en el mundo no hay otro como Dolarito, él es único, como esos tesoros escondidos que solo unos pocos afortunados están destinados a encontrar.
Dolarito sonríe. Sonríe con la mirada cuando mastica un hueso, cuando corre detrás de una pelota y cuando es la hora de comer. Le gustan las caricias, meterse entre las sábanas tibias y mirar por la ventana cuando amanece.
A veces Dolarito tiembla. Tiembla aunque el día esté soleado. Parece que recuerda esos días cuando se acurrucaba entre las patas de su mamá, quien había excavado un hueco bien profundo en una quebrada para criarlo a él y a sus hermanitos. ¡Qué frío hacía en las noches! ¡Qué frío cuando llovía! ¡Qué frío cuando la mamita se tenía que ir para buscar comida! Su cuerpito temblaba, así como el de su mamita que había vivido por años en la calle. Alguna vez fue parte de una familia humana, quizás por un par de meses, pero alguien se cansó de cuidarla y la abandonó.
Un día, mientras Dolarito jugaba con sus hermanos en la quebrada, escucho voces. Eran humanos grandísimos, gritaban y gritaban. Lo señalaban con sus dedos largos y Dolarito solo sintió miedo. Pero cuando abrió los ojos después de un par de horas, estaba metido en una camita con cobijas y frente a él había un plato con comida. Recuerda que le dieron un baño caliente y lo que no le gustó fue cuando le pincharon con una aguja, su primera vacuna.
Esos humanos eran buenos. No eran como los que le había contado su mamita. No pateaban. No lanzaban piedras, ni aceite hirviendo. Ellos daban caricias, jugaban mucho y siempre tenían galletas.
Pocas semanas después a Dolarito le regalaron una familia humana. Ellos prometieron cuidarlo y amarlo hasta que le salieran canas (para eso iban a pasar más de 15 años). Llegó a una casa bonita, con un patio para correr y tomar el sol. Ahora tenía una mamá, un papá y dos hermanos, Juanito y Anita, quienes luego serían Ahorro Man y SúperCuenta, todos humanos.
Pero Dolarito no entendía bien lo que le decían, a veces extrañaba mucho a su mamita y a sus hermanitos peludos, tenía miedo a los juegos artificales y lloraba, le picaban sus dientes y mordía cosas y las dañaba. Hacia pipí y popó en un lugar donde al parecer no se debía hacer. Dolarito estaba un poco confundido.
Entonces, su familia se puso manos a la obra, había que darle a Dolarito un hogar cálido y esto fue lo que hicieron:
- Le compraron platos para su comida y agua.
- Colocaron una casita en el patio para que Dolarito esté cómodo cuando ellos tengan que salir de casa.
- Le regalaron una cama para que tome sus siestas.
- En una plaquita imprimieron su nombre y el número de papá. La llevará siempre en su correa de cuello para que siempre regrese a su hogar.
- Cada vez que había juegos artificiales lo protegían y abrazaban para que no sufra.
Pero además de estos básicos, su familia tomo algunas decisiones de convivencia para que Dolarito se sienta bienvenido:
- Cuando Dolarito llore por las noches hay que consolarlo. Acompañarlo, calmarlo y asegurarse de que esté cómodo y caliente.
- Tiene que tener sus vacunas y sus desparasitaciones internas y externas al día.
- Los baños de burbujas no le faltarán para que esté limpio y saludable.
- Tendrá alimento siempre. En su rutina diaria comerá alimentos ricos y saludables.
- Visitará a su veterinario periódicamente por control. Y cuando le dé una gripe o enferme, siempre tendrá atención médica oportuna. Además se planificará su esterilización, una acción que suma para evitar que más animalitos terminen en las calles.
- Dolarito tiene que salir a pasear, conocer el parque, socializar con otros perritos y humanos, y salir de viaje con su familia de vez en cuando.
- Si Dolarito lo necesita irá a una escuela y tendrá un entrenador que le enseñará cosas importantes para que se sienta cómodo y seguro.
- Jamás se usaría en casa juegos artificiales, voladores y esos implementos que hacen mucho daño a las mascotas.
- Todos en casa son responsables de Dolarito. Todos tienen el compromiso de cuidarlo, protegerlo y quererlo. Todos le enseñarán y reforzarán las cosas básicas que debe aprender como dónde hacer pipí y popó, y sus rutinas de alimentación y de limpieza.
Con su experiencia, Dolarito y su familia muestran lo maravillosa que puede ser la adopción. Con esta decisión honras la vida y fortaleces los valores que nos hacen mejores personas: la empatía, la solidaridad, el respeto, la entrega, la bondad, la generosidad y el compromiso. Darle un hogar a un animalito que ha sufrido abandono y maltrato no es poca cosa, es un acto que cambia el mundo.
Además, está comprobado, que la llegada de un animalito a la familia brinda muchos beneficios:
- Fortalece la salud mental de las personas y eleva su autoestima.
- Estrecha los lazos entre los miembros de la familia.
- Nos enseña sobre responsabilidad y compromiso.
- Junto a ellos podemos llevar una vida más sana, son excelentes compañeros para caminar y recorrer la naturaleza.
- Su presencia es terapéutica. Con sus colas siempre felices hacen que un día desastroso se olvide fácilmente.
Si quieres tener un animalito en tu familia te recomendamos que no compres (esto fomenta el negocio de las fábricas de animales, donde son explotados y maltratados), sino que visites los refugios de tu zona, dirigidos por personas que rescatan animalitos como Dolarito. Muchos de estos lugares son de gestión privada, no tienen apoyo municipal, ni estatal, por lo que la ayuda siempre es bienvenida y necesaria.
Y si crees que estás listo, sal a la calle y no seas indiferente al dolor de miles de animales abandonados: perros, gatos y otras especies. Rescata y ten la experiencia de sanar a un ser vivo. Verás cómo florece cada día con tus cuidados y entenderás la ardua labor de un rescatista, que dona tiempo y dinero para salvar una vida. A pesar de ser una tarea dura, valdrá totalmente la pena.
Comprométete con esta causa, todas estas acciones suman:
- Rescata
- Adopta
- Sé voluntario en un refugio.
- Dona alimento y otros recursos.
- Pasa la voz sobre las ferias de adopción en tu zona.
- Fomenta el “Adopta No Compres”.
- Esteriliza a tus animalitos.